Monday, June 10, 2013

Desarticulando los diálogos destructivos



Hay ocasiones en que perdemos el rumbo cuando nos sentimos abandonados por nuestra pareja. Este es el sentimiento más desolador porque sentimos que está en juego nuestra propia seguridad.  Yo sé, lo he experimentado en carne propia. La mayoría de las veces ocurre cuando uno de los miembros de la pareja se ha despreocupado por el otro por causas de diferente naturaleza:  ya sean razones de trabajo, compromisos familiares, problemas con los hijos,  preocupaciones financieras, etc. 

Es muy importante entender que en estas situaciones la persona afectada verdaderamente experimenta haber sido abandonada por su pareja y en la misma medida su cónyuge no tiene ni la más remota idea que esto está sucediendo.  Este es justamente el problema porque cuando el afectado hace el reclamo a su cónyuge lo hace a manera de quejas que no tienen nada que ver con la situación real o los sentimientos que está experimentando. Un ejemplo del diálogo que se presenta en estos casos en que ella se siente abandonada por su pareja debido a cuestiones laborales,  podría ser el siguiente:

Ella: “Quiéreme más…ya no te importo,  no me quieres igual que antes! ”

El:  “Claro que te quiero amor, te quiero mucho es solo que he estado muy ocupado”

Ella: “No. Algo está pasando, porque tú has estado ocupado en otros momentos y nunca habías sido así”

El: “No sé de que me hablas. Deja de decir tonterías,  te quiero igual y te presto la misma atención que siempre. Nada de lo que yo hago es suficiente para ti.  Siempre quieres más y más. La que debería entender eres tú, no seas tan egoísta! ”

Ella: “ Claro, ahora la culpable soy yo. Yo te hablo todo el tiempo y te digo cosas lindas pero me ignoras, ni te enteras que es contigo……etc.

A partir de este momento resulta inevitable caer en un diálogo destructivo que comienza con las acusaciones de ella y termina con él encerrándose en sí mismo sin decir ni una palabra. A su vez, esta falta de respuesta por parte de él origina un nuevo reclamo por parte de ella diciendo “Claro, me ignoras, tú todo lo resuelves así….”, etc.

¿Ven el patrón?  ¿Qué hacer frente a esta situación?

La solución comienza cuando ambos reconocen que están discutiendo sobre algo que no tiene nada que ver con lo que verdaderamente está sucediendo.   El reclamo de ella“ Ya no me quieres” o “ Ya no te importo” tiene un significado más profundo y cuando ambos miembros de la pareja  o por lo menos uno de ellos no se da cuenta de esto, entonces se origina un diálogo destructivo entre ellos. Lo que la persona verdaderamente está tratando de comunicar es “ Tengo miedo”.  ¿Miedo a qué? Pues miedo a que este sentimiento de abandono se prolongue o incluso se haga permanente.  En definitiva, lo que la persona está queriendo decirle a su pareja es “ Te amo y no quiero que nuestro vínculo afectivo se rompa”.

Si ambos reconocieran esto ¿ Cómo sería el diálogo entonces?

Ella: “Sé que tienes mucho trabajo pero cuando te distraes así me da un sentimiento tan grande de abandono que hasta me da pena decírtelo. Quiero que me ayudes para poder sentirme cerca de ti nuevamente.”

El: “ Entiendo, reconozco que me he ocupado mucho con los nuevos proyectos y te he podido hacer sentir así. Te pido disculpas porque mi intención nunca fue abandonarte, por el contrario, te amo muchísimo y solo quiero lo mejor para ti.  ¿Qué podemos hacer para que no te sientas así? Tú sabes que tengo que terminar estos nuevos proyectos y también quiero que sepas que no importa cuan ocupado esté, tú siempre eres lo más importante para mí”

Este tipo de diálogo se da fácilmente cuando ambos miembros de la pareja reconocen lo que verdaderamente está pasando: el miedo a perder el vinculo afectivo entre ellos. 

Hay varias maneras de desarticular los diálogos destructivos. La más efectiva es cuando uno de los dos se da cuenta que están entrando en un diálogo destructivo puede detenerse y dejárselo saber al otro diciéndole “Ya estamos de nuevo cayendo en un diálogo destructivo” o incluso,  sería  ideal si ambos le  dieran un nombre a este tipo de diálogo destructivo de modo que cuando estén a punto de entrar en uno de ellos, y lo llamen por su  nombre, ambos inmediatamente entiendan lo que está pasando y puedan hacer un alto para preguntarse: ¿Qué es lo que realmente está  pasado?, ¿Cómo me siento cuando tú haces esto?, ¿Qué puedo hacer para que no te sientas así? Victor Frankl dijo que "Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio. En este espacio se encuentra nuestro poder de elegir nuestra respuesta." Los reto a que en este espacio decidan que no van a entrar en un dialogo destructivo sino que van a restaurar el vinculo afectuoso.

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