El liderazgo consiste no sólo en hacer una tarea sino en saber hacerla, esto significa influir, prever, perseverar, infundir energía, innovar y enseñar.
Los buenos líderes comienzan por ordenar su propia vida, por el conocimiento de sí mismo. Sólo quienes conocen sus debilidades pueden enfrentarse a ellas o incluso superarlas. Aquellos líderes que han identificado qué los mueve a comprometerse de todo corazón no les cuesta trabajo estar motivados.
Para crecer en liderazgo el líder debe:
•Apreciarse a sí mismo como persona de talento
•Identificar fallas personales que impiden la realización de todo el potencial, especialmente las debilidades que se manifiestan como tendencias habituales.
• Expresar metas y aspiraciones personalmente motivadoras.
•Determinar qué influencias quiere tener
•Desarrollar una visión general que lo guíe en el trato con los demás
•Adquirir el hábito de actualizarse con regularidad.
Un estudio de De Goes, Ricci y Clavius revela ciertas cualidades de liderazgo. Los líderes hacen lo siguiente:
• Están siempre enseñando y aprendiendo.
• Forman hombres y mujeres “brillantes y eminentes”.
• Se vigorizan con la misma ambición de sus metas heroicas.
• Son innovadores y atacan los problemas de manera que sus antecesores no imaginaron jamás.
• Se dedican a la excelencia.
• Permanecen abiertos a las ideas nuevas aún en la vejez.
• Honran la verdad sin egoísmo Influyen en los demás con el ejemplo, sus ideas y su enseñanza.
Fuente: "Liderazgo al estilo de Los Jesuitas"
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