Después de leer el documento “LA VOCACIÓN DEL LÍDER EMPRESARIAL: Una Reflexión” veo que está lleno de sabiduría práctica para que el ejecutivo salga de “llevar una vida dividida” y pueda ejercer su profesión sin dejar su fe y sus valores. El documento es relativamente corto pero con una riqueza impresionante. En las próximas semanas vamos a estar compartiendo sobre el mismo para que juntos comentemos y nos enriquezcamos mutuamente. El documento completo lo pueden bajar del sitio:
“Existen obstáculos que impiden servir al bien común, entre ellos, la carencia de estado de derecho, la corrupción, la tendencia a la codicia, la administración deficiente de los recursos, pero el más relevante para un líder empresarial, a nivel personal, es llevar una vida dividida. La escisión entre la fe y la práctica empresarial en el día a día, puede acarrear desequilibrios y una búsqueda desordenada del éxito mundano. En cambio, un “liderazgo de servicio” basado en la fe, proporciona a los líderes empresariales una perspectiva más amplia y les ayuda a armonizar las demandas del mundo económico y los principios ético-sociales, que para los cristianos están iluminados por el Evangelio. Lo consideraremos en tres etapas: ver, juzgar y actuar, las cuales están estrechamente relacionadas.”
Lo que me llamó la atención de inmediato es esta realidad de la “doble vida” que el ejecutivo se encuentra a menudo en el mundo empresarial. El empresario se encuentra o percibe que solo dejando su fe y sus valores es que logrará el éxito. Y me pregunto ¿qué tipo de retos estamos experimentando cuando nuestra propia fe está siendo puesta en juego? Se me ocurre que los retos no solo sean en el ámbito empresarial sino también en el ámbito espiritual personal. O sea que nuestra fe está debilitada por nuestra falta de búsqueda de Dios y cuando los retos empresariales confrontan nuestra fe y valores no estamos lo suficientemente fuertes espiritualmente para hacerle frente y nos dejamos llevar por las corrientes mundanas. El compromiso a la oración diaria, la lectura de la biblia y la participación en los sacramentos nos ayudan a fortalecernos espiritualmente para cuando los retos que vamos a recibir como empresarios nos encuentre fuertes en la fe y alineados a la voluntad de Dios.
Para reflexionar: ¿He estado viviendo una vida dividida, separando mi trabajo de los principios del Evangelio?
Esperamos sus comentarios.